
“PINTO PARA APRENDER A QUEDARME CON LO ESENCIAL, LO QUE EL AGUA NO BORRA ES LO QUE SOY.”
Colecciones
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KAIZEN
Desde su refugio en la isla —donde el viento roza los olivos y la sal respira en las piedras— el artista entrega esta serie como un diario silencioso de transformación. Kaizen, palabra que susurra mejora constante, se convierte aquí en una forma de estar presente: no como meta, sino como un fluir orgánico, como la savia que se adapta sin perder su esencia.
Cada obra ha sido creada con pigmentos naturales recolectados en Mallorca: tierras ocres, negros minerales, cenizas y tintes vegetales que llevan consigo la memoria del paisaje. Nada es impuesto. Todo es ofrecido. La acuarela se convierte en médium de lo invisible: capas sutiles, gestos mínimos, respiraciones que dejan huella.
Esta colección no grita. Acompaña. Habla de los cambios que ocurren cuando no miramos, de la belleza del error, del valor de lo incompleto. Kaizen no busca deslumbrar, sino invitar al recogimiento, al movimiento constante que hay incluso en el más profundo silencio. -
PIEL BALEAR
Dejé que el agua guiara el pincel…
Como el mar guía el alma.
Piel Balear no es solo una colección de acuarelas,
es una inmersión.
Es la sal curando heridas invisibles,
el viento susurrando memorias antiguas,
y el vaivén del mar recordándote quién eres.
Cada trazo fluyó como las corrientes,
cada color nació del silencio interior.Sumérgete.
Siente.
Sana. -
SHOUGANAI
Shoganai es un suspiro en acuarela. Una colección de obras que nace desde la aceptación profunda de lo que no se puede controlar. Borja Regueira canaliza lo imprevisible: pigmentos que fluyen, bordes que se deshacen, formas que emergen sin promesa de quedarse.
Cada pieza es un espejo del alma rendida a lo esencial. El color no impone, revela; la materia no se encierra, respira. En esta serie, el artista explora la belleza de la entrega, el arte como acto de confianza, como presencia lúcida ante la impermanencia.
Shoganai no explica, conmueve. No concluye, pulsa. Es una invitación a contemplar sin juicio, a sentir sin forma, a habitar la emoción sin necesidad de resolverla.
