ARTIST STATEMENT

El arte es, desde la infancia, mi forma de habitar el mundo. Pinto para traducir lo que no sé decir, para escuchar el movimiento interior sin necesidad de controlarlo. Trabajo con pigmentos naturales, acuarela, óleo y acrílico, dejando que cada material me hable en su propio lenguaje.

Mi práctica habita el umbral entre la meditación y la materia. A través de lo que fluye, se quiebra o se desvanece, indago en el acto de soltar —aquello que alguna vez fue útil o hermoso— como única vía hacia lo nuevo. El azar, el gesto mínimo y la respiración guían cada composición.

Cada obra es un espacio de contemplación, un intento de recoger lo invisible. Pinto como quien observa el cielo sin esperar forma alguna, sólo movimiento.

Colecciones

  • SHOUGANAI

    Shouganai es un suspiro en tinta china. Una colección de obras que nace desde la aceptación profunda de lo que no se puede controlar. Borja Regueira canaliza lo imprevisible: pigmentos que fluyen, bordes que se deshacen, formas que emergen sin promesa de quedarse.


    Cada pieza es un espejo del alma rendida a lo esencial. El color no impone, revela; la materia no se encierra, respira. En esta serie, el artista explora la belleza de la entrega, el arte como acto de confianza, como presencia lúcida ante la impermanencia.


    SHOUGANAI no explica, conmueve. No concluye, pulsa. Es una invitación a contemplar sin juicio, a sentir sin forma, a habitar la emoción sin necesidad de resolverla.


  • PIEL BALEAR

    Dejé que el agua guiara el pincel…
    Como el mar guía el alma.


    Piel Balear no es solo una colección de acuarelas, es una inmersión.
    Es la sal curando heridas invisibles,
    el viento susurrando memorias antiguas,
    y el vaivén del mar recordándote quién eres.


    Cada trazo fluyó como las corrientes,
    cada color nació del silencio interior.

    Sumérgete.
    Siente.
    Sana.

  • KAIZEN

    Desde su refugio en la isla —donde el viento roza los olivos y la sal respira en las piedras— el artista entrega esta serie como un diario silencioso de transformación. Kaizen, palabra que susurra mejora constante, se convierte aquí en una forma de estar presente: no como meta, sino como un fluir orgánico, como la savia que se adapta sin perder su esencia.

    Cada obra ha sido creada con pigmentos naturales recolectados en Mallorca: tierras ocres, azules minerales, cenizas y tintes vegetales que llevan consigo la memoria del paisaje. Nada es impuesto. Todo es ofrecido. La acuarela se convierte en médium de lo invisible: capas sutiles, gestos mínimos, respiraciones que dejan huella.

    Esta colección no grita. Acompaña. Habla de los cambios que ocurren cuando no miramos, de la belleza del error, del valor de lo incompleto. Kaizenno busca deslumbrar, sino invitar al recogimiento, al movimiento constante que hay incluso en el más profundo silencio.